Horacio Malvicino (1929)

Horacio Malvecino
Horacio Malvecino

Horacio Malvecino – Tango y Jazz

Hoy van a escuchar una extraordinaria edición de nuestra serie de podcasts Los Maestros de la Música cuentan! Muy bienvenidos! El 11 de marzo de 2021, Astor Piazzolla habría cumplido cien años. Para festejar este aniversario, publicamos algunas entrevistas con músicos que trabajaron estrechamente con el inventor del Tango Nuevo.

En primer lugar, presentamos al guitarrista Horacio Malvicino. Fue un intimo confidente de este gran bandoneonista y compositor desde 1954 hasta la muerte de Piazzolla en 1992. 

Horacio Malvicino nació el 20 de octubre de 1929 en Concordia, provincia de Entre Ríos. A los 19 años se trasladó a Buenos Aires. Muy pronto se integró en la escena bebop argentina que se reunía en el Bop Club Argentino de Buenos Aires. 

Malvicino era uno de los pocos de su generación que tocaba la guitarra eléctrica.  Todos los lunes por la noche iba a improvisar en el Bop Club Argentino con Gato Barbieri, Lalo Schifrin y otros músicos de Jazz.

Desde su juventud en Nueva York Astor Piazzolla amaba al jazz.  Regularmente venía a escuchar los Jam Sessions en el Bop Club Argentino. Allí conoció a Horacio Malvicino

Cuando Piazzolla fundó el Octeto Buenos Aires en 1954, contrató a Malvicino junto a Enrique Francini y Leopoldo Federico entre otros.

En aquella época, la guitarra eléctrica era una novedad y una provocación para la escena tradicional del tango. Ademas Piazzolla le permitió a Malvicino de improvisar. Pero no tenia que improvisar sobre escalas de jazz, sino utilizar ritmos y otros elementos estilísticos del Tango  tradicional para esto. 

Lo que me contó Horacio Malvicino en diciembre del 1998 sobre su amistad y su colaboración con Astor Piazzolla fue tan emocionante que me gustaría compartir esta entrevista con ustedes! Que se diviertan!

Compra la transcripción completa de la entrevista

Horacio Malvicino
Horacio Malvicino

WIKIPEDIA

En 1964 se publicó Horacio Malvicino Jazz Quinteto, disco grabado por el sello Melopea en el auditorio de la Radio Ciudad de Buenos Aires (donde también tocaron las figuras más representativas de distintos géneros, y por allí pasaron el pianista de jazz Enrique Mono Villegas, los Hermanos Ábalos (folclore) y el pianista de tango Horacio Salgán, entre otros.

Eran audiciones cortas, de quince minutos, pero que tenían una audiencia impresionante. […]Era todo totalmente improvisado, como corresponde al jazz. […]¡Fue tan encantador vivir los encuentros con aquel grupo! Era como jugar en la delantera del seleccionado. Nos conocíamos tanto que con sólo mirarnos ya sabíamos lo que iba a pasar. De más está decir que la grabación está hecha con otra tecnología, se grababa con un solo micrófono y el técnico tenía que tener en cuenta la ubicación de todos los instrumentos. Y todo iba directamente, sin pruebas previas.

En Concordia, donde vivió hasta los 18 años, un amigo coleccionista le hizo conocer la música del guitarrista gitano belga Django Reinhardt (1910-1953) y el guitarrista afroestadounidense Charlie Christian (1916-1942). Cuando llegó a Buenos Aires se fascinó con el llamado movimiento bopper, y junto a músicos como el Gato Barbieri, Lalo Schifrin y el Mono Villegas le rindió culto en el Bop Club (en el barrio de Congreso), el lugar donde nacieron los primeros intentos por desarrollar el jazz moderno en la Argentina.

Tuve la satisfacción de que el Tano [Piazzolla] me llamara cada vez que se le ocurría. He entrado y salido diez veces de sus agrupaciones tangueras. Pero yo era la guitarra eléctrica: el objeto maldito dentro del tango. En aquella época recibía amenazas todos los días. Llamadas telefónicas, anónimos, tomatazos, tipos que me puteaban por la calle, sin mucha metáfora: «O dejás a Piazzolla o te reventamos». […] Me pasé la vida al lado de Piazzolla y su maravillosa influencia que no se me va a ir así nomás.2​

En el libro de memorias de Piazzolla que recopiló Natalio Gorin se lee la opinión del bandoneonista sobre Horacio Malvicino: «Es el guitarrista que mejor comprendió todo lo que yo escribí, tal vez porque es el más tanguero de los tres» (los otros dos guitarristas eran Cacho Tirao y Oscar López Ruiz).

Paralelamente a su carrera como guitarrista, bajo el seudónimo de Alain Debray grabó numerosos discos LP como director de orquestas de música ligera (easy-listening) integradas por músicos de sesión, como la denominada Des Champs-Elysées.

Entre estos discos se cuentan algunos de tangos interpretados “a la europea” en los que se incluía acordeón solista en lugar de bandoneón. En contra de lo esperable estas versiones fueron éxitos de venta en Argentina y Uruguay.

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